Entre La punta y el cabezo de San Lorenzo, hay un barco hundido,
enseña la panza a flor de agua, hombres baratos lo abandonaron.
Fierro, acero, malacates, claraboyas,
no se resignan a tocar fondo.
En luna llena, 2 y 21 am, todo jueves de mayo,
asamblea de 13 minutos a 17 metros de profundidad,
coordenadas exactas,
hace años el “Mantaro” discute, porqué llegó allí.
Hablan, hélices, ejes, bordas, cubiertas, camarotes,
popa, proa, malaguas, pejerreyes, anclas, piques.
Se espera desde hace tiempo la participación de humanos preocupados,
desinteresados, incorruptibles,
marinos también.
Avisar asistencia,
se ordenará que el oxígeno no sea necesario…